En los primeros siete meses del año, según el INDEC, la economía
argentina se expandió 2,4%. Para los analistas privados –que señalan que
los datos oficiales subestiman la inflación y, en compensación,
sobreestiman la expansión de la actividad–, en ese período no hubo
crecimiento. Los datos oficiales muestran que el parate también afectó
la creación de puestos de trabajo en el sector privado. En
contrapartida, el Estado se convirtió en el principal sostén del empleo,
lo que permitió que la tasa de desocupación se mantuviera estable en
7,2%.
Datos de la consultora Finsoport indican en esta etapa de la
economía el sector público se transformó en el principal sostén de la
demanda de empleo, con un incremento del 5% en la nómina. Sumó 73.000
empleados entre el segundo trimestre de 2011 y el mismo período de 2012.
La mayor parte de estos trabajadores fueron contratados por las
administraciones provinciales, que aumentaron la cantidad de empleados
en relación de dependencia 8% en el último año.
Al compás del
enfriamiento de la actividad, en lo que va de 2012, el sector privado
dejó de tomar empleados. Y en el segundo trimestre, las empresas
redujeron en 73.000 personas la cantidad de trabajadores en sus
planteles. Caprichos de la estadística, se trata de un número idéntico
al de los trabajadores que se incorporaron a la administración estatal.
Así,
las contrataciones públicas compensaron las bajas del sector privado y
la tasa de desempleo del segundo trimestre fue de 7,2%, prácticamente
estancada respecto del 7,3% del trimestre anterior.
Sin embargo,
algunos analistas indican que la estabilidad de la tasa desempleo es
engañosa. “Este fenómeno obedece a una caída en la cantidad de personas
que busca activamente trabajo, ya que el desempleo habría subido a 8,2%
si no hubiera caído la tasa de actividad. El desempleo cae sólo porque
se contrajo la oferta de trabajo y no por una demanda estable”, dicen
desde el IERAL, el instituto de la Fundación Mediterránea.
Con el
sector privado retraído, la demanda de empleo del Gobierno nacional se
expandió 3% entre los segundos trimestres de 2011 y de 2012, liderada
por las contrataciones de las empresas públicas, que crearon 4.500
puestos de trabajo en ese período, lo que significó un alza del 19%.
Si
se suman los estamentos nacionales, provinciales y municipales, hay 2,4
millones de personas que trabajan para el sector público, según los
datos de SEL Consultores. Así, en uno de cada cinco hogares argentinos,
el Estado es la fuente principal de ingresos.
En la
administración nacional se desempeñan 348.000 personas, más otros 23.000
que se desenvuelven en empresas y sociedades estatales. El 14% es
personal contratado. La política kirchnerista de fortalecimiento del
Estado hizo, que desde 2003, la nómina se incrementara 33%. Hoy, la
mitad de los empleados públicos nacionales son personal militar y de las
fuerzas de seguridad. Del total de los trabajadores, el 56% cobra menos
de $7.500 pesos, pero el 25% no llega a $5.000.
El aumento del
empleo público fue especialmente importante durante el período recesivo
que la economía enfrentó en 2008 y 2009: subió 7,9% versus una reducción
del 2,3% en el sector privado. “Esto explica tanto el sostenimiento del
empleo total en ese ciclo como, en una medida no menor, la caída del
superávit fiscal del sector público consolidado”, señala SEL.
La
consultora indica que, desde 2007 para acá, el crecimiento del empleo
público no fue parejo en todos los segmentos ni en todos los sectores.
Mientras aumentó un 30% en provincias y municipios, en la administración
central se expandió 20%. Pero a la vez, los bancos nacionales ampliaron
su nivel de ocupación 81% y las empresas públicas lo incrementaron 67%,
un desempeño muy distante del que tuvieron las universidades
nacionales, que sólo aumentaron su dotación 12%, a la vez que el poder
judicial la subió 10%.
Para Jorge Todesca, director de Finsoport,
el crecimiento de la nómina estatal obedece a que “no hay modernización
de la administración nacional ni en las provinciales. El empleo público
sigue siendo visto como una forma de retribución política. Por eso hay
miles de empleados públicos más sin que se vean mejoras en las
prestaciones”.
Según Alieto Guadagni, en ocho años el
kirchnerismo creó 548.000 empleos anuales, la mayoría en el sector
privado. Pero señala que esta tendencia se interrumpió a fines del año
pasado.
El pronóstico de Finsoport es que “en la medida que la
economía siga creciendo lentamente con elevada inflación, el nivel de
empleo comenzará a resentirse más agudamente, con el consiguiente
impacto sobre el consumo y la demanda de asistencia estatal”.
Para Economía & Regiones (E&R), “la demanda laboral cae a partir
del enfriamiento de la inversión y del nivel de actividad, y la oferta
laboral también se reduce como consecuencia de que la gente deja de
buscar trabajo”.
Un buen indicador de la capacidad de la economía
de crear empleo es la elasticidad: cuánto crece el empleo por cada punto
que se expande el PBI. Así, la elasticidad pasó de 0,6 en el período
2003-2006 a 0,3 entre 2010 y 2011. En el segundo trimestre de este año
fue casi nula: 0,04. El escenario se complica todavía más porque la
inversión se retrae y porque la tendencia es que el ahorro “no se vuelca
a ampliar la capacidad productiva, sino que busca alternativas para
resguardarse de la pérdida de valor que provoca la inflación”, dice
E&R. Mientras la inversión en maquinaria y equipo alcanzó en
promedio al 5,5% del PBI entre 2003 y 2010, el ratio construcción-PBI lo
duplicó con creces, superando 12% en esos años.
Fuente:www.ieco.clarin.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario