lunes, 22 de octubre de 2012

Por el freno de la economía, el empleo formal sólo aumenta en el sector público

En los primeros siete meses del año, según el INDEC, la economía argentina se expandió 2,4%. Para los analistas privados –que señalan que los datos oficiales subestiman la inflación y, en compensación, sobreestiman la expansión de la actividad–, en ese período no hubo crecimiento. Los datos oficiales muestran que el parate también afectó la creación de puestos de trabajo en el sector privado. En contrapartida, el Estado se convirtió en el principal sostén del empleo, lo que permitió que la tasa de desocupación se mantuviera estable en 7,2%.
Datos de la consultora Finsoport indican en esta etapa de la economía el sector público se transformó en el principal sostén de la demanda de empleo, con un incremento del 5% en la nómina. Sumó 73.000 empleados entre el segundo trimestre de 2011 y el mismo período de 2012. La mayor parte de estos trabajadores fueron contratados por las administraciones provinciales, que aumentaron la cantidad de empleados en relación de dependencia 8% en el último año.
Al compás del enfriamiento de la actividad, en lo que va de 2012, el sector privado dejó de tomar empleados. Y en el segundo trimestre, las empresas redujeron en 73.000 personas la cantidad de trabajadores en sus planteles. Caprichos de la estadística, se trata de un número idéntico al de los trabajadores que se incorporaron a la administración estatal.
Así, las contrataciones públicas compensaron las bajas del sector privado y la tasa de desempleo del segundo trimestre fue de 7,2%, prácticamente estancada respecto del 7,3% del trimestre anterior.
Sin embargo, algunos analistas indican que la estabilidad de la tasa desempleo es engañosa. “Este fenómeno obedece a una caída en la cantidad de personas que busca activamente trabajo, ya que el desempleo habría subido a 8,2% si no hubiera caído la tasa de actividad. El desempleo cae sólo porque se contrajo la oferta de trabajo y no por una demanda estable”, dicen desde el IERAL, el instituto de la Fundación Mediterránea.
Con el sector privado retraído, la demanda de empleo del Gobierno nacional se expandió 3% entre los segundos trimestres de 2011 y de 2012, liderada por las contrataciones de las empresas públicas, que crearon 4.500 puestos de trabajo en ese período, lo que significó un alza del 19%.
Si se suman los estamentos nacionales, provinciales y municipales, hay 2,4 millones de personas que trabajan para el sector público, según los datos de SEL Consultores. Así, en uno de cada cinco hogares argentinos, el Estado es la fuente principal de ingresos.
En la administración nacional se desempeñan 348.000 personas, más otros 23.000 que se desenvuelven en empresas y sociedades estatales. El 14% es personal contratado. La política kirchnerista de fortalecimiento del Estado hizo, que desde 2003, la nómina se incrementara 33%. Hoy, la mitad de los empleados públicos nacionales son personal militar y de las fuerzas de seguridad. Del total de los trabajadores, el 56% cobra menos de $7.500 pesos, pero el 25% no llega a $5.000.
El aumento del empleo público fue especialmente importante durante el período recesivo que la economía enfrentó en 2008 y 2009: subió 7,9% versus una reducción del 2,3% en el sector privado. “Esto explica tanto el sostenimiento del empleo total en ese ciclo como, en una medida no menor, la caída del superávit fiscal del sector público consolidado”, señala SEL.
La consultora indica que, desde 2007 para acá, el crecimiento del empleo público no fue parejo en todos los segmentos ni en todos los sectores. Mientras aumentó un 30% en provincias y municipios, en la administración central se expandió 20%. Pero a la vez, los bancos nacionales ampliaron su nivel de ocupación 81% y las empresas públicas lo incrementaron 67%, un desempeño muy distante del que tuvieron las universidades nacionales, que sólo aumentaron su dotación 12%, a la vez que el poder judicial la subió 10%.
Para Jorge Todesca, director de Finsoport, el crecimiento de la nómina estatal obedece a que “no hay modernización de la administración nacional ni en las provinciales. El empleo público sigue siendo visto como una forma de retribución política. Por eso hay miles de empleados públicos más sin que se vean mejoras en las prestaciones”.
Según Alieto Guadagni, en ocho años el kirchnerismo creó 548.000 empleos anuales, la mayoría en el sector privado. Pero señala que esta tendencia se interrumpió a fines del año pasado.
El pronóstico de Finsoport es que “en la medida que la economía siga creciendo lentamente con elevada inflación, el nivel de empleo comenzará a resentirse más agudamente, con el consiguiente impacto sobre el consumo y la demanda de asistencia estatal”.
Para Economía & Regiones (E&R), “la demanda laboral cae a partir del enfriamiento de la inversión y del nivel de actividad, y la oferta laboral también se reduce como consecuencia de que la gente deja de buscar trabajo”.
Un buen indicador de la capacidad de la economía de crear empleo es la elasticidad: cuánto crece el empleo por cada punto que se expande el PBI. Así, la elasticidad pasó de 0,6 en el período 2003-2006 a 0,3 entre 2010 y 2011. En el segundo trimestre de este año fue casi nula: 0,04. El escenario se complica todavía más porque la inversión se retrae y porque la tendencia es que el ahorro “no se vuelca a ampliar la capacidad productiva, sino que busca alternativas para resguardarse de la pérdida de valor que provoca la inflación”, dice E&R. Mientras la inversión en maquinaria y equipo alcanzó en promedio al 5,5% del PBI entre 2003 y 2010, el ratio construcción-PBI lo duplicó con creces, superando 12% en esos años.
Fuente:www.ieco.clarin.com

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