miércoles, 9 de febrero de 2022

Bahía Blanca. Escenario político: un gabinete cada vez más concentrado en el núcleo duro

Dos figuras de máxima confianza de la cúpula local del Pro ganarán más poder en la etapa final del gobierno de Héctor Gay. Los amarillos no dejan resquicios para sus socios políticos en los principales despachos de Alsina 65, sobre todo luego de las últimas renuncias.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

Hay fotos que dicen más que mil palabras. Los últimos movimientos en el gabinete municipal demuestran la intención del comando Pro de concentrar gran parte del poder en el núcleo duro y consolidar a dos figuras como ejes centrales de la gestión. Se trata del secretario general Pablo Romera, virtual intendente en funciones toda vez que Héctor Gay necesita delegar, y el secretario de Gestión Urbana, Tomás Marisco, brazo ejecutor de la mayoría de las políticas de alto perfil que tuvo este gobierno en los últimos tiempos. Una reciente imagen oficial de ambos recorriendo una obra vial, en ausencia de Gay por vacaciones, vino a reforzar la idea.

El ascenso de Marcos Streitenberger a secretario de Gobierno, casi un alter ego de Marisco, y la reactivación de una secretaría como Innovación en manos de Ricardo de Weerth, área sobre la cual intenta poner muchas fichas Romera, refuerzan esa noción.

Quedan pocas figuras políticas fuertes en el resto de las áreas. El pase de Adrián Jouglard al Concejo Deliberante y la renuncia de dirigentes con aspiraciones de crecimiento como Emiliano Alvarez Porte o Ignacio Caspe son algunos ejemplos.

A esto se suma la desaparición que más debería llamar la atención, la de Nicolás Vitalini, concejal mandato cumplido y uno de los candidatos naturales a pelear por la sucesión de Gay considerando que formó parte del equipo desde su creación, que fue presidente del Concejo, que encabezó la boleta amarilla en la elección legislativa de 2017 y que era una de las voces más punzantes a la hora de defender la gestión o de polemizar con sus contrapartes peronistas.

Las razones de su alejamiento no solo del espacio sino de la política activa nunca fueron debidamente aclaradas, pese a que se trata de uno de los principales cuadros que acuñó la tríada Moirano-Nardelli-Gay. Se dio a entender que se trata de cuestiones personales, ya que el futuro de su familia no estaría en la Argentina, aunque es probable que también haya influido que comenzaron a cerrarse algunas puertas que trababan su proyección. No hay mucho riesgo al afirmar que llegó a fantasear con pelear por la jefatura comunal, pero ese sueño, en algún momento del año pasado, se esfumó. No se lo volverá a ver en el ruedo hasta nuevo aviso.

En otra escala, también es llamativa la salida del joven concejal José López, autor de varias de las principales ordenanzas económicas del gobierno durante sus cuatro años en la banca. En julio último, a la hora de discutir las listas, su nombre nunca fue una posibilidad para renovar y entonces se supo que se iba a la actividad privada. Hubo otros casos de ediles que tampoco quedaron en las boletas de 2021 pero sí se mantienen en el elenco municipal, como Lucía Pendino o Marisa Pignatelli. Vitalini y López, dos dirigentes otrora muy valorados en Alsina 65, se corrieron de todo tipo de función. No es común.

En rigor, no es falso el argumento más utilizado en las últimas semanas para justificar partidas, ese que alega razones personales. Volviendo a Alvarez Porte o Caspe, las funciones en materia de seguridad o en una delegación que atiende tanta problemática social como Noroeste son ultra desgastantes, exigentes las 24 horas. Sin embargo, no hace falta raspar mucho para darse cuenta de que ambos tenían (¿tienen?) deseos de ir a más en la política.

El radical difícilmente se baje de la pelea por 2023 y es esperable que, luego de un prudente paréntesis, vuelva a protagonizar actividades públicas en el marco del partido. ¿Por qué se fue de manera tan repentina, apenas unos días después de defender el presupuesto de su área en el Concejo? ¿Se cansó de la gestión de un día para el otro, justo cuando había recuperado el rango de secretario?

Las versiones son múltiples. Se supone que la UCR había negociado algunos cargos en el gabinete a cambio de no competir en el tramo local de las primarias, pero después esos puestos no llegaron. A eso se suma que uno de los temas clave de este año para el Municipio, la recuperación de las cámaras de vigilancia urbana, lo extirparon de su área para dárselo a la cartera de De Weerth con la lógica de que se trata de un asunto de tecnología.

Se tejieron todo tipo de hipótesis, pero ninguna terminó de redondear el episodio. Ya romperá el silencio el exfuncionario.

Si bien en principio circuló la idea de que la cartera de Seguridad quedaría vacante, hoy la línea rectora es reordenarla como subsecretaría debajo de Gobierno. Casi descartado algún exintegrante de las fuerzas para dirigirla, en la comuna sugieren que el candidato que pica en punta es un civil, sin profusa actividad política reciente.

En el caso de Caspe, no lo habría alegrado el nombramiento de Fabián Tuya como coordinador de delegaciones, ya que pretendía algo similar para él o algún puesto destacado en la Secretaría de Políticas Sociales que le signifique un ascenso. Luego de trajinar los barrios potencialmente menos proclives a votar a Juntos en las últimas campañas, el exbasquetbolista creía que podía tener un mejor premio. No obstante, esa opción se fue desinflando y se irá de la función pública el 1 de marzo.

Suena como reemplazante Patricio Pañepi, un trabajador social de mucha trayectoria pese a su juventud. Fue dirigente del Club Vista Alegre, trabajó codo a codo con los cartoneros y es uno de los creadores del programa que apuntaba a que ningún chico de Villa Caracol duerma en pisos de tierra, ese plan para poner base material en las viviendas más humildes donde el suelo terroso hace estragos. Su principal ventaja es el conocimiento del territorio, aunque el punto a definir es si tendrá suficiente respaldo político, ya que no es un hombre de la entraña Pro. No obstante, más de un dirigente de alto perfil considera que su nombramiento podría ser un buen mensaje, un reconocimiento a la idoneidad.

A propósito de Tuya, desde el Frente de Todos criticaron su reincorporación en el organigrama municipal luego del choque y el fallido control de alcoholemia que motivaron su renuncia en marzo pasado. Su nombramiento es un buen ejemplo de que la acumulación de años en el poder hace que los gobiernos pierdan los frenos inhibitorios. Si lo mismo hubiera ocurrido en una administración peronista, los amarillos le habrían saltado a la yugular enarbolando la bandera de la pureza institucional y los valores.

Otro alejamiento fue el de Karina Mahon, quien hace un buen tiempo había absorbido la doble función de secretaria Legal y Técnica, a cargo de revisar los documentos que firma el intendente, más el de asesora legal, responsable de enderezar los juicios que enfrenta el Municipio. Al parecer pretendía una reorganización del área, sobre todo después de las sucesivas renuncias de quienes ejercieron como sus colaboradores más cercanos. Ante la respuesta negativa, dejó la función y volverá a su estudio de abogada.

Y un caso más es el titular de Deportes, Bernardo Stortoni, aunque su inclinación hacia la actividad inmobiliaria era manifiesta en los últimos tiempos y su despedida no sorprendió.

Tanto Mahon como Caspe y el resto se encargaron, de todos modos, de organizar sus salidas con agradecimientos y elogios al trío conductor. "Las puertas no están cerradas para el futuro", dan a entender desde todas las partes.

Más allá de los casos individuales, el dato político es que el gabinete quedó más amarillo que nunca. Los dirigentes radicales, de la Coalición Cívica o algún otro espacio que forma parte de la alianza quedaron en posiciones bastante rezagadas, pese al reordenamiento de los equilibrios internos post año electoral. Aunque se abrieron vacantes, nadie cobró.

Los halcones del Pro son claros cuando defienden esta postura: la idea es no darle vuelo desde adentro a los eventuales competidores de 2023. Luego de analizar los últimos resultados electorales, se desprende que la principal competencia para mantener la botonera del poder local no parece estar en el antagónico Frente de Todos sino entre los socios internos, como la revitalizada UCR o, tal vez, en la CC.

Visto desde hoy, todo indica que el año próximo habrá primarias en Juntos por el Cambio con un postulante amarillo, otro radical y un lilito. Romera, Marisco o quien toque tendrán todo el respaldo (y los recursos) desde Alsina 65 mientras que los que busquen protagonismo sin esa bendición deberán hacer su camino en paralelo.

Al gobierno de Héctor Gay le quedan casi dos años y hasta ahora se viene cumpliendo la decisión, anunciada por él mismo en pleno proceso electoral, de darle alas a figuras más jóvenes. Romera, Marisco y hasta el propio Streitenberger deberán demostrar que son Dédalos y no Ícaros.

Algunos párrafos sobre la nueva crisis en el FdT nacional, tras la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados en desacuerdo con el entendimiento alcanzado entre el gobierno de Alberto Fernández y el FMI.

Imposible medir las consecuencias futuras de esta decisión, pero sí se pueden observar algunos gestos. El kirchnerismo de paladar negro decidió diferenciarse de Alberto, Guzmán y Massa porque aceptar un programa que será necesariamente de ajuste, por más que lo quieran maquillar, le resulta imposible de justificar ante su base electoral.

No obstante, el presidente se encargó de subrayar que la vice Cristina Kirchner no estuvo de acuerdo con la decisión de su hijo. Ajedrecista política de alto nivel, es muy difícil creer que no fue ella quien le dio instrucciones a Máximo para que actúe de ese modo ya que, debido a su responsabilidad institucional, no puede salir ella misma a romper. Sobre todo porque ya volaron demasiadas granadas luego de la debacle en las PASO, con consecuencias muy serias al interior de la coalición de gobierno.

A diferencia de aquella crisis volcánica, aquí se podría intentar una explosión controlada que marque las diferencias internas pero no termine dinamitando el frente, instrumento electoral imprescindible.

Es una operación política demasiado delicada. Cristina se reservaría, de esta manera, corregir aspectos de la letra chica del acuerdo con el Fondo y después todos trabajarían para lograr su aprobación en el Congreso. Máximo y sus más cercanos podrían no votarlo, pero entre el ala derecha del peronismo y los legisladores de Juntos conseguirían los votos.

Sería un escándalo que el bloque mayoritario de oposición, representante del gobierno que contrajo esa deuda inédita, no prestara su consentimiento para la refinanciación. Sin entrar en consideraciones acerca de si hubo fuga o los 45 mil millones de dólares se usaron prolijamente para pagar deuda anterior, los vencimientos fijados para este año y el próximo son impagables para Argentina, salvo que se logre un acuerdo.

Más escándalo, desde ya, sería una ruptura de la alianza oficialista. Cristina, como titular del Senado, se verá en el compromiso de pulsear para que el acuerdo que propone su gobierno consiga luz verde en el Congreso. Si actúa en sentido contrario, el recuerdo de Cobos se convertirá en una anécdota insignificante.

¿Y los referentes bahienses del Frente de Todos? Algunos celebraron el viernes el acuerdo con el FMI en las redes, pero desde que se desató el chaparrón Máximo, del primero al último se refugiaron en el silencio.

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