domingo, 4 de julio de 2010

El 60% de los jóvenes sufrió problemas de inserción laboral

Así lo estipula el informe de la Universidad Católica Argentina, que además señala un retroceso en los niveles de empleo y un ascenso en los registros de precariedad de los trabajadores durante 2009. A su vez, el documento determina que más del 50% de los empleados no contribuyen a la seguridad social. Salarios.

En la edición del pasado domingo 27 de junio se publicó un informe confeccionado por la Universidad Católica Argentina (UCA), a través del cual se proyectaba un análisis sobre los indicadores económicos de la Argentina que enunciaban un ensanchamiento de las desigualdades sociales durante el año 2009. En esta ocasión, se presentan otra serie de datos codificados por la institución educativa y trazados en el documento denominado "Barómetro de la Deuda Social", el cual refiere una involución en los parámetros laborales que no pudieron mantener su ponderación progresiva lograda durante cuatro años (2004-2007) decayendo en el último período analizado.
En tal sentido, se puede definir una primera etapa en la que el nivel de empleo y calidad del mismo se mostraban en ascenso, es así que hasta 2008 el porcentaje de trabajadores con empleo pleno se ubicó en 43,1 por ciento del total de los activos, mientras que la desocupación rondó el 9,8 por ciento. Posteriormente, la desaceleración impactó de lleno en 2009, originando que los valores se trastoquen e incrementen, por lo que la resultante fue que la desocupación se disparó al 11,3 por ciento, disminuyó el empleo de calidad a un 36,5 por ciento y la proporción de empleos precarios e inestables se fijó en los 59 puntos porcentuales del total de ocupados.

Contribución social inestable

Asimismo, en el año 2009, dentro de las iniquidades laborales, se observa la incidencia del empleo pleno de derechos: un 63,8 por ciento de los activos del decil de hogares de mayor nivel socioeconómico posee un empleo pleno, mientras que sólo lo tienen un 15,4 por ciento de los activos del decil de hogares de menor nivel socioeconómico. Por lo tanto, de acuerdo al estudio, se evidencia que los puestos de trabajo de calidad generados profusamente en la etapa de expansión no fueron los suficientes como para, por lo menos, disminuir esta iniquidad.
Por su parte, la incidencia del empleo precario es similar, cercana a un 45 por ciento, en casi todos los estratos, excepto el estrato de nivel medio alto (28,7 por ciento en 2009). "Esto nos expresa, en cierta medida, la extensión generalizada que posee el empleo no registrado en las relaciones laborales en la Argentina", recalca la UCA.
En el último año, un 39,7 por ciento de los jóvenes económicamente activos poseía empleos de calidad, un 34,3 empleos precarios, un 9,1 por ciento subempleos inestables y un 16,9 por ciento se vieron imposibilitados de obtener un trabajo. De esta forma, el 60,3 por ciento de la población joven estuvo inmersa en situaciones de deficiencia estructurales de inserción laboral en el país.
Ampliando el análisis, al clasificar a los trabajadores según su ubicación en la estratificación social, se observa que los episodios de desempleo son marcadamente más frecuentes entre los integrantes de hogares de estratos socioeconómicos más bajos. Así, un 52,2 por ciento de los activos del 25 por ciento de hogares de menores recursos estuvieron desocupados por lo menos una vez en el año, mientras que sólo lo estuvieron un 20,1 por ciento de los activos pertenecientes a la franja del 25 por ciento de hogares de mayores recursos.
En lo que respecta a la caracterización del Sistema de Seguridad Social, se establece que durante 2008-2009 aumentó el porcentaje de trabajadores (considerando tanto a asalariados, trabajadores por su cuenta y patrones o empleadores) que no contribuyen al sistema, de un 49,4 a un 53,8 por ciento del total de ocupados. Se observa que la ausencia de registración laboral tiene más incidencia entre los trabajadores de estrato socioeconómico más bajo. Por ello, un 77,8 por ciento de los trabajadores del 10 por ciento de los hogares de menores recursos no participaron de la seguridad social, mientras que los agentes ubicados en el 10 por ciento superior de los hogares no registraban contribución en el orden del 24,1 por ciento.

Nivel salarial

También puede rescatarse del informe que, hasta 2008, un 19,5 por ciento de los trabajadores se mostraban preocupados por perder sus empleos, guarismo que manifestó un considerable ascenso doce meses después al ubicarse este parámetro en el 30,7 por ciento, nivel análogo al registrado en los momentos posteriores a la crisis de 2002.
Finalmente, se detallan los índices correspondientes a los estándares de remuneraciones salariales, por lo que puede señalarse que en la etapa de auge económico, la media de ingresos reales laborales se incrementó en un 50,8 por ciento ($ 1.257 a $ 1.895). Esto se debió a que la creación de empleo, el aumento de la riqueza producida y la mejora de la productividad incrementaron las posibilidades de los trabajadores de obtener una mejor retribución por su trabajo. Posteriormente, entre 2007 y 2009, como consecuencia de la retracción económica, la pérdida de empleos de calidad y el aumento de los bienes y servicios, disminuyeron los ingresos reales medios laborales en un 3,0 por ciento ($ 1.895 a $ 1.839).
Cabe destacar que, durante el año pasado, los trabajadores ubicados en los hogares de mayor nivel socio-económico obtuvieron una retribución promedio 2,5 veces superior a los que se encuentran en niveles más bajos de calidad económica.
Por otra parte, los ingresos medios reales provenientes de empleos precarios aumentaron un 39,9 por ciento entre 2004 y 2007 ($ 1.208 a $ 1.690), para luego, entre 2007 y 2009, disminuir 3,8 puntos porcentuales ($ 1.690 a $ 1.626). Por último, la media de ingresos reales laborales de los subempleos inestables aumentó un 76,9 por ciento en el primer período estudiado ($ 540 a $ 955), para luego, en el segundo segmento de tiempo, disminuir en un 19,4 por ciento ($ 955 a $770).
De acuerdo al análisis efectuado sobre toda esta serie de parámetros, el "Barómetro de la Deuda Social" enfoca principalmente su atención en la gama de trabajadores inestables y que no logran insertarse en el marco de empleo genuino, al destacar que: "Se encuentran en una situación muy sensible a la fluctuación de la demanda económica y con incapacidad para generar ahorros para mantener a sus familias en épocas de crisis. Participan de un mercado de trabajo relativamente escindido del formal, con recursos y productividad tan bajos que no pueden obtener ganancias, sino ingresos de subsistencia". Asimismo estipula que se ven afectados por sus bajos niveles de empleabilidad y con prestaciones incipientes de intermediación laboral y de formación profesional.
"En muchos casos, afectados por enfermedades de la pobreza o situaciones personales de difícil salida sin apoyo especializado, no pueden más que ser beneficiarios de sistemas de transferencia para pobres y/o excluidos con el objeto de subvenir a sus necesidades inmediatas y de aliviar la pobreza", recalca, a modo de conclusión, el documento de la UCA.

FUENTE: www.elsigloweb.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario