No es posible que una organización estatal sea eficiente cuando sus espacios (áreas, compartimentos, sub-estructuras etc) internos definen (y ejecutan) objetivos iguales o similares.
En primer lugar los actores internos terminan generando una relación confusa con los actores externos.
Tengamos en cuenta que los actores externos son aquellos actores sociales, que integran o no una organización no gubernamental o empresarial, con los que el estado y/o gobierno municipal debe (debería) mantener un ida y vuelta permanente en cualquiera de las instancias en las que se va definiendo, formulando, ejecutando, monitoreando o evaluando una política publica.
En segundo lugar la pregunta es ¿que sucede en una organizaciones cuando comienzan a confundirse las agendas de gobierno con las agendas individuales?
En una agenda común y corriente, esa que llevamos con nosotros todos los días, anotamos datos de un contacto –teléfono fijo, celular, domicilio-; anotamos también rutinas diarias que no queremos olvidarnos; a veces anotamos ideas o pensamientos y por supuesto anotamos día y hora de una reunión familiar, de trabajo, amorosa o de cualquier otro tipo.
A diferencia de una agenda individual, la Agenda de Gobierno tiene un grado de complejidad diferente.
Ya no se trata de anotaciones, datos de contacto o recordatorios. Se trata de problemas, soluciones, territorio, ciudadanos, organizaciones, formas de comunicación, experiencias, formación etc. y sobre todo: "la acumulación y el ejercicio de poder".
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