En la
Argentina hay 3.600.000 hogares –el 30% del total– que viven
con menos de $ 3.200 por mes o $ 106 por día. Eso incluye el “ingreso total
familiar” sin tomar en cuenta el origen del dinero. Para la encuesta vale tanto
lo que se cobra por un trabajo registrado como por un trabajo en negro o una
changa circunstancial.
Esto quiere decir que son válidos los pesos que ingresan por
sueldos, jubilaciones y pensiones, trabajos por cuenta propia, profesionales o
prestaciones sociales, de acuerdo a los datos de la Encuesta Permanente
de Hogares (EPH) del INDEC del segundo trimestre de 2012.
En promedio, en esos 3,6 millones de hogares vive casi una
cuarta parte de la población total.
Son más de 10 millones de adultos, adolescentes y chicos.
Eso arroja casi 3 personas por cada vivienda que deben así
alimentarse, vestirse y cubrir el resto de los gastos cada uno con menos de $
35 diarios .
A partir de contrastar estos ingresos contra el valor de la
canasta básica de pobreza –que para el INDEC es de $ 13 por día por persona o $
52 por familia tipo – la estadística oficial concluye que solamente el 6,5% de
la población es pobre.
Pero con las mediciones alternativas, esa misma canasta
–valuada con los precios de las pocas provincias que aun miden en forma
independiente– ronda los $ 3.600 mensuales o $ 120 diarios. Con estos valores
la pobreza en realidad excede el 20%.
La diferencia son unos 6.000.000 de pobres , en más o en
menos, según la estadística que se elija.
Este bajo ingreso de tantos hogares se debe, en buena parte,
a que la mitad de los que están ocupados o subocupados –7,5 millones de
personas– como empleados, obreros, por cuenta propia o profesionales,
registrados o “en negro” gana menos de $ 3.000, según las cifras del INDEC. En
consecuencia una familia tipo (matrimonio y dos hijos) que sólo disponga del
ingreso del jefe o jefa de hogar de esta franja de ingresos pertenece al
conglomerado de los hogares pobres.
El informe del INDEC señala que entre los varones, la mitad
gana menos de $ 3.200 mensuales y entre las mujeres la mitad menos de $ 2.500
por mes. La diferencia se explica en gran medida porque las mujeres trabajan
menos horas (33 horas semanales) que los hombres (44 horas por semana).
Pero entre el segundo y el primer trimestre del año, los
varones pasaron de $ 3.000 a
$ 3.200, en tanto las mujeres permanecieron con sus ingresos estancados en los
$ 2.500 por mes.
En la
Capital, el 50% de los ocupados gana menos de $ 4.000 y en el
Gran Buenos menos de $ 3.000. En el interior, se destaca Corrientes, San Juan y
Santiago del Estero donde la mitad de los que trabajan gana menos de $ 2.000,
mientras en Tierra del Fuego asciende a menos de $ 7.000 pero en Ushuaia o Río
Grande la canasta básica de pobreza para una familia tipo ronda los $ 8.000.
En promedio, el ingreso de los ocupados es de $ 3.451 pero
con un detalle: la mitad de los de menores ingresos se lleva el 24% de la masa
de ingresos totales y la mitad más alta el 76%.
Cuando se desciende en la escala de hogares surge que el 20%
de los hogares que alberga al 15% de la población vive con menos de $ 2.500
mensuales u $ 83 diarios. Y el 10% –donde viven casi 3 millones de personas–
dispone de menos de $ 1.680 mensuales o $ 56 por día. Esta última franja linda
con la indigencia.
La distorsión entre los números del INDEC y las estimaciones
privadas es otro efecto colateral de aquella solución que ofreció Guillermo
Moreno a fines de 2006, y que los Kirchner aceptaron, de empezar a retocar los
números del Indice de Precios al Consumidor (IPC) y que continúa hasta ahora
sin una mínima autocrítica por parte del oficialismo.
Ismael Bermudez. Diario Clarin
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