Para el Gobierno, la pobreza es de 6,5%; la tasa se triplica en otros cálculos
Por Silvia Stang
| LA NACION
Por la subestimación del valor de las canastas de
productos usadas para elaborar los índices de la realidad social, la
estadística oficial esconde a por lo menos 5,6 millones de pobres en la
población urbana del país. El Gobierno oculta, de igual manera, a unos 1,3 millones de indigentes: personas que viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan ni siquiera para comprar los alimentos más básicos.
Un informe difundido ayer por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos (Indec), con datos del primer semestre del año,
indica que el 6,5% de la población es pobre y que el 1,7% es indigente. A
esas tasas se llega cruzando los datos de ingresos de los hogares, que
surgen de la encuesta oficial de empleo, y el precio de un conjunto de
bienes: en las familias en las que no se cubre el valor de determinadas
canastas, sus integrantes son considerados pobres o indigentes.
Los índices difieren fuertemente
de los surgidos de otras mediciones: la encuesta de deuda social de la
Universidad Católica Argentina arrojó que, al cuarto trimestre de 2011,
la pobreza llegaba al 21,9% de la población, y la indigencia, al 7,8 por
ciento. Así, serían unos 7,9 millones las personas pobres, y 1,9
millones, indigentes, cifras lejanas a las que surgen de utilizar para
el cálculo los índices del Indec (en este caso se reconocen 2,3 millones
de pobres y 600.000 habitantes bajo la línea de la indigencia).
Para el Indec
, una familia de cuatro integrantes (matrimonio y dos niños) ya no es
pobre cuando tiene un ingreso de $ 1555,43 o más, según la cifra de
agosto pasado. Y un hogar pobre, a su vez, se mantiene al margen de la
indigencia si recibe $ 699,01 mensuales, lo que dicho de otra manera
significa que todos sus miembros pueden alimentarse con $ 23,30 diarios.
El estudio de la UCA se basó en valores que surgen de
otras mediciones de precios de las canastas. Así, al cuarto trimestre
del año pasado se consideró un ingreso de por lo menos $ 2770 por
familia para estar al margen de la pobreza, y de $ 1254 para no ser
considerada indigente. Para este año, claro, esas cifras son mayores por
la inflación.
Según comentó a LA NACION el economista Agustín Salvia, que dirige el
Observatorio Social de la UCA, no hay elementos para pensar que entre
ese último estudio, de fines de 2011 y la primera mitad de este año,
pueda haber existido un alivio en el problema de la pobreza. La
inflación persistente y en alza, y la desaceleración de la actividad y
del empleo son los factores que influyen de manera negativa.
Por lo tanto, se estima que, en el mejor escenario, las
tasas no habrían variado. En rigor, el informe difundido ayer por el
Indec muestra, para el promedio de los centros urbanos medidos por la
encuesta, las mismas tasas de pobreza e indigencia que se habían
informado para el segundo semestre de 2011. Sí se señala una reducción
respecto de la primera mitad del año pasado, cuando los índices habían
sido del 8,3 y 2,4%, respectivamente.
Sin embargo, en comparación con la última parte de 2011
, los datos muestran una evolución dispar según el lugar del país que
se mire, aun cuando no se conocen datos regionales de la variación de la
actividad económica, que puedan explicar esas fuertes diferencias.
Por ejemplo, se consigna que en la ciudad de Buenos
Aires y en el conurbano la pobreza tuvo un avance, del 2,3 al 4% y del
6,9 al 8,6%, respectivamente. En cambio, y curiosamente, las cifras del
Gobierno muestran que en tan sólo un semestre -en el que casi no hubo
crecimiento-, la pobreza cayó del 14,2 al 7,5% en la ciudad de
Resistencia; del 8 al 4,1%, en Jujuy, y del 7,2 al 5,7%, en la ciudad de
Tucumán.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar
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